En términos generales, la producción bruta de los distintos países es de media a buena, aunque con importantes variaciones geográficas.

Sin embargo, se espera que la producción neta sea inferior como resultado de las considerables pérdidas en los campos como resultado del exceso de lluvias. Además, la presencia de tubérculos de corazón hueco y hendidos es considerablemente mayor que en años anteriores. Por último, pero no por ello menos importante, el almacenamiento también puede generar un porcentaje de pérdidas, pero es demasiado pronto para juzgarlo en este momento.

En 2021, la superficie total de la UE-4 (Francia, Bélgica, los Países Bajos y Alemania) se redujo en 24 000 hectáreas, pasando de 522 000 a 498 000 hectáreas. Se espera que la producción se sitúe en torno a los 22,7 millones de toneladas, 700 000 toneladas menos que en 2020.

Esta reducción del volumen de producción, junto con una mayor demanda de exportaciones de productos de papa, aporta un cierto equilibrio entre la oferta y la demanda.

Las fábricas de procesamiento se enfrentan a problemas para volver a acumular existencias hasta los niveles operativos normales. Los actuales problemas de suministro se deben a una ingesta más lenta y al rápido aumento de los costes de procesamiento (energía, aceites para freír, materiales de embalaje, mano de obra), mientras que las exportaciones siguen dependiendo de una posible reactivación mundial tras la COVID-19.

A pesar de las incertidumbres mencionadas, la mayoría de las personas con información privilegiada esperan mercados bien equilibrados a lo largo de la temporada.